La eclosión de las nuevas tecnologías ha hecho que tengamos que replantearnos cómo hacemos las cosas en muchos ámbitos de nuestra vida, y uno de ellos es el de la educación. Más concretamente, el cómo aprendemos. De ahí que resurja con fuerza el concepto de “entorno personal aprendizaje” (EPA) o PLE (Personal Learning Enviroment, en inglés) que, aunque siempre ha existido —aunque no éramos tan conscientes de él—, ahora se redefine para integrar las múltiples posibilidades que ofrece Internet y las nuevas herramientas digitales.