Jordi Serrallonga, profesor del Máster en Periodismo de Viajes: “Ciencia y viaje son el matrimonio perfecto”

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En febrero próximo, Jordi Serrallonga emprenderá un nuevo viaje. El escritor, arqueólogo, naturalista y guía de expediciones se unirá al equipo de profesores de la primera edición del Máster en Periodismo de Viajes, organizado por el Gabinete de Comunicación y Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

Las expectativas son altas, especialmente respecto de los aprendizajes que traerá la flamante experiencia: “Espero aprender de ellos (de los alumnos), y que ellos aprendan de mí, al igual que aprendo de todo lo que observo a mi alrededor durante una expedición. Sólo soy un primate; un primate apasionado por la ciencia y, sobre todo, embriagado por la curiosidad; ávido por descubrir lo que me aporta cada etapa de mi vida. Y es que la vida es el viaje más apasionante, y en este viaje por el Máster en Periodismo de Viajes seguro que vamos a vivir una aventura plena de agradables sorpresas”, dice Serrallonga.

- ¿Cómo combina el oficio de viajero con la profesión de arqueólogo y naturalista?

“Es el matrimonio perfecto. Mi profesión de arqueólogo y naturalista requiere del trabajo de gabinete o de laboratorio pero, para avanzar en la ciencia, también necesita del trabajo de campo. Mis excavaciones arqueológicas o mis estudios sobre el comportamiento animal siguen siendo la mejor excusa para viajar hasta lugares únicos e increíbles. Y mis viajes, como guía de expediciones, me han permitido descubrir nuevos yacimientos arqueológicos, etnias, especies vegetales y animales, etc. Lo dicho, ciencia y viaje son el matrimonio perfecto”.

- ¿Cuándo viajar deja de ser un hobbie y pasa a ser una forma de ganarse la vida? ¿Cuál es el paso decisivo entre uno y otro estado?

“Se da la circunstancia que casi no he viajado como hobbie o de vacaciones. Siempre dediqué los ahorros a mis primeras expediciones que tenían por objeto recabar datos para mi profesión como arqueólogo y naturalista. Pero los ahorros, junto con las ayudas públicas para investigación, se acaban, y más cuando te dedicas a ciencias que todavía muchos consideran, erróneamente, como románticas. Entonces es cuando hay que sobrevivir sin dejar atrás tu pasión por la ciencia. Así nació mi otra profesión: Guía de expediciones. Me propuse guiar al expedicionario por la aventura de la ciencia en África, Oceanía, Asia, Europa... Me encanta mi trabajo”.

- ¿Cuánto ayuda y cuánto complica a lo viajeros el desarrollo de Internet?

“Buena pregunta. Ayuda en el momento de acceder a la información: Mapas, fotografías, archivos históricos, partes meteorológicos, actualidad política, etc. Complica las cosas cuando parte de esta información puede no ajustarse a la realidad, y caer simplemente en el tópico: Desde lo importante a visitar (que puede ser, simplemente, lo más comercial) a lo que no se puede visitar (nos encanta dar una imagen de caos, miseria, inseguridad, etc. de ciertas parte del mundo que no se corresponden con dicha situación). ¿El desempate? Internet ayuda al viajero a comunicar su viaje en tiempo real mientras que antes teníamos que esperar el regreso de sus libretas de campo, fotografías, dibujos, vídeos y experiencias. De todas maneras, yo soy de los que me sigo manteniendo fiel a mi cuaderno de notas Moleskine. Durante el viaje suelo desconectar”.

El legado de Darwin

- ¿Cree que en la ciencia también hay algo de viaje?... ¿y en los viajes algo de ciencia?

“Por supuesto, sin duda. Si hiciéramos un viaje en el tiempo hasta el siglo XIX, y le preguntásemos a Charles R. Darwin: ‘¿Qué significaron para usted sus cinco años de circunnavegación a bordo del HMS Beagle?’ La respuesta seguro que habría sido: ‘Mi formación como científico’. Darwin embarcó en el Beagle como teólogo y compañero de cámara del capitán FitzRoy; desembarcó transformado en el naturalista que habría de revolucionar la historia de la ciencia y de la humanidad con su Teoría de la Evolución. En todos mis viajes he aprendido ciencia, y la ciencia es un viaje que se me antoja infinito”.

 - ¿Cuánto queda en la actualidad de lo que pudo inspirar Charles R. Darwin en su época?

“Queda mucho, muchísimo. Incluso quedan nuevas cosas por descubrir. Sabe usted, hoy todavía no se ha filmado al calamar gigante en su hábitat natural: Imagínese lo que debe representar la pelea entre un cachalote y un calamar colosal. En la actualidad se identifican nuevas especies de plantas, insectos, aves, mamíferos... Incluso, hablando de Darwin, en las Islas Galápagos hace poco fue hallada una nueva especie de iguana terrestre hasta ahora desconocida. Huyamos de la frase hecha: ‘ya no queda nada nuevo por descubrir’; en mis viajes y expediciones he topado con hallazgos científicos que Charles R. Darwin habría deseado observar y discutir. El planeta siempre nos sorprende”.

 Fotos de: www.jordiserrallonga.com

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