¿Será el movimiento 'slow' un paradigma de cambio en el negocio informativo?
En el ámbito periodístico y de la comunicación, el movimiento slow nace como contraposición a la presión que actualmente sufren los periodistas por “difundir la noticia de última hora antes que la competición”. La “rapidez es considerada un ingrediente esencial” como explica el documental realizado por Al Jazeera: The rise of slow journalism. El periodismo slow (o periodismo lento) se basa en la idea de “valorar el sentido ante la mera información” y dejar que el periodista desarrolle un trabajo completo trabajando desde la investigación, tratando la noticia desde varias perspectivas y presentando información desconocida para la audiencia.
En el área de la investigación académica, destaca el Digital Longform Project (proyecto sobre formato largo digital), dirigido por Anna Hiatt del Tow Center de la Universidad de Columbia, que estudia este fenómeno desde marzo de 2014. Los investigadores analizan la estructura hipermedia de estos formatos largos, que combinan vídeo, audio y texto para acercar la realidad al espectador, explorando una selección de casos, entre los que destacan el reportaje Snow Fall realizado por The New York Times, la plataforma de selección de materiales Longform.org y la web Narrative.ly, entre otros.
Dejando de lado la prensa, algunas televisiones también han adoptado este movimiento slow que, a diferencia de los reportajes en profundidad, aborda la emisión de noticias, eventos o hechos sin ningún tipo de edición, ni corte, con el objetivo de que la audiencia reciba la información más pura y completa posible. Ante la rapidez de la emisión de informaciones y el consumo continuo de múltiples contenidos, surge esta corriente a favor de la lentitud, de la apreciación de detalles para la audiencia, para vivir las experiencias sin cortes “tal y como sucedieron”.
Por ejemplo, la televisión pública estatal noruega (NRK) decidió emitir sin cortes y sin posproducción la travesía de un tren entre Bergen y Oslo durante 7 horas, titulando este experimento audiovisual “Bergensbanen”. Tras el éxito de audiencia, el servicio televisivo NRK siguió con este formato, destacando la emisión de 124 horas del viaje del crucero Hurtigruten y una serie de emisiones centradas en el arte de tejer, donde el vídeo de la elaboración del objeto es emitido en su totalidad, sin cortes, efectos, ni edición. Estos proyectos se originaron gracias a Thomas Hellum, project manager y productor audiovisual de NRK. Posteriormente, la cadena británica BBC replicó este experimento audiovisual con una emisión de dos horas del viaje de un barco por un canal, titulado “All Aboard! The Canal Trip”.
Ante la mediatización de los dispositivos tecnológicos y el auge de la “infoxicación” inmediata y continua, ¿es posible que una gran parte de la audiencia se sienta atraída por el movimiento slow? Como dice el investigador de la Fundación para la Innovación Periodística, Pau Llop, en el artículo Cuéntamelo despacio, que tengo prisa, “parece claro que una vez asumido el fulgor de la instantaneidad que nos trajo Internet, su madurez (y la nuestra como usuarios) nos permite ya vislumbrar nuevas formas de sacarle mejor partido a la creación y consumo de contenido”.
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