Hay un viejo dicho que prevalece al tiempo y es transversal a distintas sociedades y realidades: “miente, miente que algo quedará”. Aunque su origen se remonta hasta el siglo I después de Cristo (d.C.) según refiere Iván Almeida, Doctor en Filosofía de la Universidad de Aarhus, la frase podría explicar por qué razón tantas veces los políticos se exponen a mentir, cuando es más fácil que nunca desmentirlos.