"El principio de la libertad de prensa: principio de la esperanza colectiva" (Editorial)

"En momentos de crisis, no se pueden perder de vista los principios. Tampoco en periodismo. Y mucho menos el de la libertad. Por eso lanzamos, a través de esta celebración de la libertad de prensa, un recordatorio de valor esencial de nuestro oficio, de nuestra misión.

Si la crisis mundial en la que sobrevivimos está plagada de guerras, dictaduras, opresiones, violencia, persecuciones nacionalistas, ideológicas o religiosas… conviene saber que todo esto afecta a lo esencial de la tarea del periodismo, que consistirá siempre en hablar libre y claro de lo que pasa.

Si la crisis moral e institucional por la que atravesamos afecta al ánimo de los periodistas y a sus convicciones y les obliga a la resignación, al miedo o, a veces, a la auto-indulgencia… hay que ser conscientes de que lo que se pierde con ello es la propia misión del periodismo, y el buen periodismo que, como decía Kapucinski, sólo lo pueden practicar las buenas personas.

Si la crisis que vivimos afecta al empleo y a la supervivencia de las empresas periodísticas, a la explotación laboral o la malversación de los contenidos de calidad… bueno es saber que con esas pérdidas, podemos perder libertad de prensa, porque perdemos algo esencial de ella: el rigor y el pluralismo. Hemos realizado este dossier1 como símbolo, a la vez, de celebración y de denuncia. Porque lo que está pasando merece no dejar de celebrar la libertad, aunque sea escasa en el mundo y no callarse a la hora de criticar las opresiones.

Pero hemos hecho este dossier como una invitación a la reflexión de todos y como instrumento para la formación de los jóvenes periodistas, mujeres y hombres que sienten el aliento de libertad e integridad que conforma la misión de los periodistas. Mujeres y hombres que se sienten cosmopolitas y que se identifican con los problemas y violencias que sus colegas pueden sufrir en todo el mundo, sea en Corea o en México, en Camboya o en Medio Oriente o en África… por citar sólo unos cuantos escenarios de conflicto en que el periodismo sufre y se resiente de barreras y violencias.

Aunque el mensaje no es sólo para jóvenes, vale para todos.

Porque saber de las restricciones y amenazas, violencias y extorsiones con las que han de convivir periodistas y reporteros y reporteras de todo el mundo –con palabras, o imágenes, pero también con sentimientos- es una lección moral para todos nosotros, para todos los que, desde la enseñanza o desde las trincheras de la información diaria, creen profundamente que la libertad de prensa ejercida es un canto a la esperanza".